15-M
Ensayo de poema para los jóvenes indignados
Al grito de
“Indignaos”,
los jóvenes ocupan
las plazas de España.
Muestran su condena,
visten de pancartas
la primavera.
La voz del
anciano luchador Hessel,
anima su sed
de justicia.El campo bien sembrado de ajustes injustos,
quejas calladas, presentes sin futuro.
Cansados de
mentiras
alzan las
manos blancas,
vencen el
desaliento.
Prende la
llama de la rabia pacífica
contra la
dictadura de los mercados
y la
corrupción de la casta política.
Universitarios asqueados de Bolonia,
adolescentes con
ansia de utopía,
trabajadores
indefensos y malpagados,
algunos pocos
de los muchos parados.
Ciudadanos
anónimos de a pie
se han
encontrado en la sonrisa ancha
y en el vivo amanecer
de las acampadas.
Emociona ver la
multitud congregada
para
escucharse por primera vez.
Enternece la
mirada limpia
de esa chica
que estrena megáfono,
la
verdad humilde y compartida
de que su
familia no llega a fin de mes.
Mirlos
estafados,
sin las prometidas cerezas
de la bonanza
sin límites.
Mariposas sin
alas,
tienen que
aprender a volar
antes de que
el sistema
los sumerja de
nuevo
en el cansancio mortal de la apatía.
en el cansancio mortal de la apatía.
No es mal
comienzo
su certero aviso:
“Si no nos
dejáis soñar,
no os
dejaremos dormir”.
Aún queda la dignidad
y la esperanza
de que otro
mundo mejor es posible.
Lo dijo el
poeta Miguel Hernández:
“hay un rayo
de sol en la lucha
que siempre
deja la sombra vencida”.
Santander, 7 de junio de 2011